viernes, 30 de septiembre de 2005

Me fuman en estéreo

Hoy he estado en la joyería de Vicens y Eva. Les quiero. Son un encanto juntos y por separado y además me han proporcionado la enorme satisfacción de poder decir que si yo tuviera pareja me gustaría que funcionase como la suya... pero fuuuuuumaaaaaan todo el rato. Están tan unidos que cuando uno enciende un piti el otro le secunda. Preciosa imagen para enmarcarla en un corazón y añadirle un par de angelotes con arco, fechas y carcaj. En mi etapa de pre-ex-fumadora me resulta un poco difícil no ponerme nerviosita ante tanto humo a mi alcance y he de concentrarme en repetirme "no fumo... no fumo... ¡no fuuuuuumooooo, caramba!" (en vez de "caramba" iba a poner "coño", pero he considerado que no quedaba fino para el cyber y lo he omitido.) Antes de escribir esta nueva entrada me he dado una vuelta por la Escuela Eroski para dejarde fumar, que aunque no sea mi libro de cabecera (ese es "Peter y Wendy") me ayuda a pensar en otra cosa y a reafirmarme en la decisión. El sábado celebraremo el cumple de Vicens y volveremos a ser dos no-fumadores --su hijo de diez años Isaac y yo-- contra ellos y otras dos chimeneas, Marta y Xavi. Ah, por cierto, Marta sigue intentando dejar el cigarrillo pero el coco se le resiste y va acumulando mierda en el cuerpo. Va a ser un sábado estupendo (fiesta, risa, alcohol...) pero tensito. Volveré a caer en la comida. Y encima he prometido llevar canelones. Haré una bandeja de más, para cuando el hambre de madrugada ataque, que atacará. ¿Y si llevo pipas? Con no escupir las cáscaras en la alfombra...
Nota: He empezado a hace dieta. Cada gramo de menos es una "colina de la hamburguesa".
Nota 2: ¿Si digo que siento cierto placer, leve e inconcreto, ante el apocalipsis que se prepara para los fumadores en 2006 estoy siendo más mala que chunga, o las dos cosas?

viernes, 23 de septiembre de 2005

Estaba cocinando un estofado

mientras escuchaba "Minoria absoluta" en RAC 1 cuando han empezado a charlar sobre la normativa que prohibirá fumar en los bares a partir de enero de 2006 que, en este momento, aún es un anteproyecto de ley. Y he tenido una revelación, la segunda en un mes. Hace más de tres meses yo iba diciendo que lo dejaría en 2006, aprovechando lo pesado que iba a ser fumar tranquilamente. Teniendo en cuenta que pertenezco a la media estadística, habrá mucha gente que lo hará (yo lo he dejado antes por una ligera desviación hiperactiva.) Si sumamos los que dejarán de fumar y los que seguirán haciéndolo, pero con actitud retadora debida al cerco, vamos a vivir un principio de año lleno de mala leche, porque dejarlo lo da e ir por la vida desafiando, también. Ommmmmm.

miércoles, 21 de septiembre de 2005

Es una tontería como una casa, pero

me ha entrado una angustia y un nosequé cuando he visto la noticia de que en Suecia no se puede fumar en los bares desde el 1 de junio. Que visto con distancia me digo "ni eres sueca, ni eres azafata de vuelo, ni has planeado jamás ir a Suecia". Y lo que aún es peor, he dejado de fumar, así que el que prohiban fumar en cualquier parte debería traerme sin cuidado. No tengo claro si soy una pre-ex-fumadora solidaria o, simplemente, me estoy afianzando en la estupidez que ya traía.

lunes, 19 de septiembre de 2005

Efectos secundarios

Sigo con el insomnio, la irritabilidad y la depresión, aunque más leve. Hasta dentro de nueve meses no se me considera ex-fumadora. He estado dando vueltas y más vueltas por la red en busca de apoyo moral y me he encontrado con una guía para dejar de fumar bastante completa. Entre otras cosas, explica de forma racional, los síntomas y efectos del síndrome de abstinencia: lo que enumero al principio, más el aumento de peso, por ejemplo. Y es que con la cantidad de porquería que lleva un cigarrillo, aún nos pasan pocas cosas a los que hemos fumado tanto.

jueves, 15 de septiembre de 2005

De repente empiezo a entender algunas cosas

Estaba leyendo la entrevista de Ima Sanchís a Irvine Welsh, el escritor autor de 'Trainspotting' en "la contra" de La Vanguardia (son superfán) cuando me ha venido una iluminación, como le pasó a Saulo camino de Damasco. Entre otras cosas, dice Welsh, explicando porqué dejó la heroína: "Un día pensé 'Yo no estoy disfrutando con esto, tengo más resacas que placer', y ese hecho empezó a molestarme". Y he tenido un retorno al pasado. De repente he recordado los sustos que me llevaba pensando en un cáncer de lengua de lo que me dolía y picaba después de soplarme 60 camellitos en una sesión. O cuando, al terminar el segundo largo de la piscina, me giraba y veía mi resuello flotando perdido en medio del agua. También he revivido la de veces que el olor de mi pelo, de mi ropa, de las cortinas de mi casa o de la ropa, el pelo y la piel de mis amigos fumadores me tiraba de espaldas, de puro humo concentrado. Y las veces que salía de casa a la hora que fuera de la madrugada a buscar un paquete de tabaco porque se me iba la vida si no tenía los cigarrillos a mano, y me sentía miserable por dejarme vencer. Creo que toda la vida me gustará fumar. Y si pudiera precedir el momento justo de mi muerte igual me encendía un piti diez minutos antes, que iba a saberme a rayos, como el primero a los 10 años, un ducados. Pero ahora empiezo a sumar (o a restar, segun se mire) todo lo que no me gustaba del tabaco. Todo esto me hace sospechar que estoy pasando por la segunda fase del duelo. La negación me llevó un año, hasta que decidí parar el consumo. Ahora estoy imnmersa en la ira, proyectando mi rabia en el entorno inmediato, mayormente el que no fuma, para qué nos vamos a engañar. Están por llegar la negociación, la depresión y la aceptación, ¿verdad Duaita? Vamos, que me espera una temporadita estupenda.


martes, 13 de septiembre de 2005

¿Nos toman por idiotas?

Hace unos días que capto por televisión los anuncios paneuropeos de la Comisión Europea y, por lo menos a mi, me dan ganas de llamar al ministro o al director general de turno que haya aceptado el pago de los anuncios y ponerle verde, por gastarse el dinero de todos en tanmaña gilipollez. Los estupendos de la Comisión Europea han pensado que emitiendo unos anuncios basados en el burla-burleta (en vez de fumar cigarrillos, los pobres actores soplan matasuegras) a los toxis nos van a entrar unas ganas locas de dejar de fumar, orientarnos a La Meca y pedir perdón por todos los cánceres que hemos fomentado a nuestro alrededor. Mira, dejar de fumar, vale, pero que encima nos tomen por idiotas me altera la sangre. ¿Quién ha sido el director creativo de la campaña? ¿Un recién trasplantado cerebral? Por no hablar del equipo de cuentas, que seguro que lamieron, rieron y acataron lo que hizo falta con tal de pillar la cuenta. Y el responsable del cliente, como mínimo, un imbécil que encima de no haber fumado en la vida debe ser fan de los Teletubbies. ¡Que prohiban lo que crean oportuno pero que no nos toquen la narices! ¡Hombre ya! Espero que a los de la agencia, si se les ocurre aparecer por Cannes, la prefesión les corra a gorrazos.

miércoles, 7 de septiembre de 2005

Hoy he conocido a un caballero

He ido a donar sangre, a ver si ya tenía hierro suficiente y sí, hasta níquel me han encontrado (eso es de chupar la puerta de la nevera las noches que no recuerdo la combinación del candado.) El hombre-médico me ha pinchado un dedo, me ha tomado tanto la presión en el brazo que casi me abomba el cráneo y, tremendo momento protocolario, me ha preguntado el peso. Yo le he contestado "42 años" y le he ofrecido una sonrisa patética de "te lo escribo en un papelito, por favor". Él hombre-médico ha levantado una ceja y, menos mal, una comisura del labio, así que en una explosión de emotividad le he explicado que he dejado de fumar (con las orejas gachas) pero, profesional inflexible como pocos me ha vuelto a preguntar "¿peso?". Entonces, a lo Norma Desmon, le he dicho "68, 69, 72... ¡qué más da!" y el hombre-médico ha anotado en mi ficha "68". He vuelto a sonreírle, pero esta vez ya normal.

lunes, 5 de septiembre de 2005

Una situación de narices

Hace un par de entradas Eva me pregunta si ya sé a qué huelen las nubes. Y la verdad es que sí lo sé. Supongo que dentro de un tiempo le encontraré la gracia a haber aumentado el olfato, porque aún fumando la intemerata siempre gocé de la capacidad olfativa de un cerdo trufero. Pero hoy por hoy reconozco que, algunas veces, saber a qué huelen las nubes es un martirio. El caso es que no vivo en un jardín y no puedo extasiarme con el aroma de las rosas, ni siquiera con el del césped recién mojado, porque tenemos una sequía de aupa. Vivo en Barcelona y más a menudo de lo que desearía sufro sus efluvios, sobre todo en ciertos barrios donde la gente, no los residentes sino los extranjeros cafres que están de paso, dejan su huella en forma de vómitos, orines o mierda. Las nubes huelen a todo eso, y a polución salvaje y, muy de vez en cuando, a nada.

"El infierno de los fumadores"

Maitena, una filósofa que dibuja, hizo esta viñeta sobre los fumadores. Vale que yo ya soy ex (y un poco chulita diciéndolo, porque sólo llevo 3 meses fuera del circuito) pero me siento identificada con lo que cuenta.

La viñeta está publicada en la web de Maitena.

domingo, 4 de septiembre de 2005

Pues ya hemos llegado a los 3

meses de abstinencia total, excepto lo que no puedo evitar como pasiva. Estoy justo a la mitad de donde llegue la vez anterior, hace 16 años. Hace unos días recapitulaba el proceso para mi misma, sin decirle nada a nadie, y ¡anda que ahora volveria a dejar de fumar! Recuerdo el primer día, la primera semana, como algo lejano, brumoso, ciertamente tenso e imposible de repetir. Por eso más me vale no volver a fumar, o me convertiré en una toxi clandestina que fuma en urinarios públicos. Rosa Ma Sardà hizo una gran parodia sobre esto en televisión hace unos años en forma de sketch. Qué lástima que ahora nos estemos volviendo tan y tan serios que seamos incapaces de verle la parte divertida a la vida y a las toxicomanías diversas. Hala, voy a celebrar el hito con un croissant con mermelada. También podría pillar la moto y bajarme a las Ramblas a comprar un camel en un kiosko, pero no será esta noche.