martes, 17 de marzo de 2020

Coronavid-19: cuarto día de aislamiento

A mi me gusta quedarme en casa. El aislamiento no me representa ningún problema y leyendo chats de whatsapps puedo ver claramente a los amigos, conocidos y saludados que quieren verme a todas horas. Somos gregarios. Bueno, en realidad son gregarias las otras personas, yo menos, mucho menos.

Paseábamos Coco y yo esta mañana y me he cruzado con una mujer con mascarilla que me ha parado para preguntarme dónde estaba el hospital del barrio. Para indicarle mejor le he preguntado a qué parte iba: le han llamado para hacerse la prueba. Se me ha encogido el corazón. Mujer, migrante, caminaba para ahorrar un billete de bus. He vuelto a casa sintiéndome rica y miserable a la vez.

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