martes, 19 de abril de 2011

Sabes que soy de las que piensan que la política es necesaria,

interesante e, incluso bien ejercida, llega a ser un arte, el de la organización de la ciudadanía. Por eso me sacan de quicio los chapuceros, los mentirosos, los torpes, los que van a degüello y se sirven de la mentira continuada para crearse un espacio en la mente de las personas.

CiU, que desde que ganaron las elecciones y (des)gobiernan Cataluña, van a por todas, están desesperaditos tratando de entrar por la puerta grande del Ayuntamiento de Barcelona. Por descontado, haré todo lo que esté en mi mano para impedirlo (que no es mucho, ya, pero algo es algo). ¿Que cómo lo haré? Desmontando sus mentiras con información contrastada.

Ahora, los muy descerebrados, apoyándose en esa crisis que tan bien les ha ido para esparcir mentiras, regresan a la carga con una mentira gorda: que la deuda del Ayuntamiento de Barcelona es tan grande que está intervenido por la Generalitat. Eso, además de mentira, es de malnacidos. Tan enorme es el embuste que la propia Generalitat lo desmintió.
Barcelona, además de ser la ciudad que más invierte (3.283 mio. en un solo mandato) es la menos endeudada de España (el 50,6% sobre los ingresos corrientes, muy por debajo del 75% indicado por el Ministerio de Economía y Hacienda como máximo posible de endeudamiento).
El gobierno municpal, encabezado por el PSC, ha aplicado una reducción de los gastos no prioritarios (organización de la administración y órganos de gobierno) para blindar las políticas prioritarias: ocupación, atención a las personas y seguridad y espacio público, evitando un recorte generalizado.

El ahorro bruto del 2010 se mantiene por encima del 20% de los ingresos corrientes, lo que permitió el año pasado financiar el 85% de las inversiones.

Basta de mentiras. Trias, aprende a jugar limpio, aunque sea una sóla vez en tu historia política.
(Todos los datos que expongo son públicos y puedes encontrarlos en la web del Ayuntamiento de Barcelona).

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