jueves, 30 de abril de 2009

Nunca he tenido un pueblo al que regresar,

en vacaciones o en un puente largo, ni del que celebrar patrones y fiestas mayores. Soy barcelonesa de pura cepa, así que de peque le tenía cierta envidia a los del cole y la calle que sí tenían un punto de retorno.

Quien sí lo tiene es mi amiga Majo. Recuerdo que una de las primeras conversaciones que mantuvimos, un fin de semana en una casa rural o algo por el estilo, fue sobre su pueblo. Bueno, yo le llamo pueblo pero una versión apócrifa del Antiguo Testamento empieza así:
"Dios creó Alcoy y al mirarlo vio que era bueno. Y más tarde Dios pensó como protegerlo del viento y del fuego y creó el resto del mundo a su alrededor".

Hace años estuve en Alcoy por San Jorge, su patrón, pasando unas fiestas de Moros y Cristianos invitada por Majo, y aún sonrío al recordar aquellos días y aquellas noches. Quien haya estado sabe de qué le hablo. Quien no, ya está tardando en ir, porque describirlo es difícil.
Gente hospitalaria y cariñosa la de Alcoy, sí señor. Me lo pasé bomba

Aquí un vídeo que me ha enviado mi amiga y que me apetece publicar en el blog, pero mejor verlo en directo y, si tienes tanta suerte como yo, acompañado de un alcoyano o de una alcoyana, si eres capaz de seguirles el ritmo. Ellos juegan con ventaja porque llevan la fiesta en la sangre, pero al menos hay que intentarlo.
Por cierto, en el minuto 7:18 del vídeo hay una pequeña muestra de Moros y Cristianos.

martes, 28 de abril de 2009

Machistas, estúpidos, babosos, mediocres,

carpetobetónicos, maleducados, superficiales, descerebrados.
Se me ocurren unos cuantos adjetivos más para calificar al equipo directivo de El País, adalid de la prensa libre (me parto) que deciden qué va en portada.
Gracias a la mujer del presidente de la República Francesa, los próceres de la comunicación han descubierto sus cartas. Si la prensa española es uno de los pilares de la defensa de los derechos de la mujer, chatas, lo tenemos claro. Y es que donde esté un buen culo, ¿verdad muchachotes?

Pero lo que realmente escuece es que los majaderos de El País definen la foto de los culos como un documento periodístico (a la facultad les enviaba de nuevo, a hacer un repasito), y mujeres periodistas tertulianas jalean la ocurrencia y describen una gracia de fotógrafo aburrido y salido como "extraordinaria".

Nenas, tampoco las mujeres que están en el candelabro de la comunicación nos echarán una mano, como no sea al cuello. Muy triste.


miércoles, 22 de abril de 2009

Ayer hice dos entrevistas a dos mujeres que se

ofrecían como cuidadoras. La primera, según una de sus referencias, distraía algún que otro billlete ajeno a la que se descuidaban sus legítimos propietarios. La segunda, antes de saber de qué iba el trabajo me ha preguntado por las vacaciones. Madre mía, cómo está el servicio.

martes, 21 de abril de 2009

Hoy es un gran día

Porque se inaugura la Biblioteca Digital de la Unesco, una joya que se suma al conocimiento universal. Algunos de los socios son la Biblioteca de Alejandría o la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. bueno, hasta colabora la Biblioteca Nacional de Uganda. Sobre la participación de España no he encontrado nada, pero igual es que no he sabido buscar.

Ahora mismo cogería a la cuidadora de mi

madre y la sumergiría en aceite hirviendo. Después de adiestrarla en el uso de la grúa, enseñarla a bañar a una persona mayor en la cama, tener una conversación sobre la mala fama de las bolivianas como trabajadoras porque algunas son como son y claro, no hay derecho y un montón de cosas más, que he soportado estoicamente porque necesito a alguien que me ayude, va y me dice la palurda que no puede sobrellevar tener que cocinar "a la española", vamos, cocinar algo más allá de un potaje diario de arroz blanco y cosas cocidas o refritas, que por lo que dice es lo que come ella cada día, como en su país, y su madre cocina en su restaurante.

Tras Gabriela, la mejor que he tenido pero tuvo la mala idea de regresar a Bolivia con su marido en paro y su hijo de tres años (Joan Marc, un morrudo guapísimo) "porque para pasarlo mal aquí, lo paso mal allí y por lo menos estoy con la familia", en tres semanas por mi casa ha pasado una enfermera pizpireta (enfermera como yo neurocirujana) que cogió el trabajo con la esperanza de regatearme el precio de los días festivos al alza. La segunda, una estudiante de sociología que a los dos días descubrió que no quería trabajar con ancianos y ésta, que logró engañarme haciéndome creer que su cabeza era algo más que el soporte de la pinza para el moño.
Total, si la pregunta és por qué no paso de esta chusma y contrato una empresa de atención domiciliaria la respuesta es porque cobran entre 12 y 20 euros la hora. Cuatro horas diarias, 6 días a la semana, haz cuentas.

Menos mal que la "oficina" de colocación de Cáritas, con Coro a la cabeza, funciona de maravilla. Vamos, que ya nos tuteamos esta santa mujer y yo. Hoy le he dicho que estaba harta y ella me ha respondido que ídem. Yo, con mi autoestima habitual, pensaba que el problema era mío y resulta que no, que hay una horda de lerdas entrando y saliendo de nuestros hogares que da miedito. La mujer que se encarga de buscarle trabajo a las inmigrantes sin papeles me decía que no entendía la falta de seriedad en general, con el poco trabajo que había ahora.

Yo soy una excelente profesional, cuento con un conocimiento en gestión, producción y cultura de empresa muy sólido, encima soy altamente creativa, y no me refiero a escribir chascarrillos, sino a aportar soluciones allá donde voy y a tener una actitud proactiva e incluso padezco un cierto exceso de corporatividad si se da el caso. Pues, manda cojones, estoy en el puto paro.
Igual debería empezar a comportarme en los trabajos como estas gilipollas, a ver si tengo más suerte.
Qué cabreo llevo, por el amor de Yoda.

viernes, 17 de abril de 2009

Estoy en las afueras de mi misma, por el

momento, pero calculo que volveré en breve. Ahora mismo solo puedo pensar en enormes vasos de leche con nesquik caliente y en que la bufanda no se desanude de mi cuello para irse a ramblear por ahí.
Lo mejor del constipado: que los oídos se acorchan y me ahorro los ladridos de los vecinos y sus hidra-hijas.
Lo peor: que esta noche me invitan a cenar en un restaurante encantador y me temo que voy a disfrutar menos de lo que se merece el sitio y la compañía JJ.
Pero ¡claro que iré!, aunque sea lo último que haga (debe ser una gripe lírica la que me ha tocado esta vez).