domingo, 8 de julio de 2012

Me mudo a la otra punta de Barcelona, después de

32 años viviendo en Gaudí, desde abril de 1980. La primera noche que pasé aquí me acompañó Marta, para que no me sintiera rara y porque se moría de ganas de salir de su casa, aunque fuera por una noche. En seguida, sin esoterismos, me empleé a fondo en limpiar los malos rollos que se habían vivido allí (deberíais haber conocido a mi abuela...) y en poco tiempo la hice mía.

Gaudí ha sido una casa fantástica. Me ha dado refugio, me ha permitido viajar, vivir aventuras profesionales y me ha escuchado más que nadie. 
No me da pena dejarla; soy una profesional cerrando etapas, pero no sería propio de una dama largarme sin reconocerle las virtudes. 
En esta casa he vivido los años más complicados de mi vida y ella ha cerrado filas para protegerme. 

Miro la sala, el pasillo, el baño y casi todos los objetos cotidianos de mi vida están en cajas (gracias, @Ahmerce, sin tu energía aún estaría tratando de abrir el precinto). Espero poder mudarme a final de la semana próxima o la siguiente a un barrio que es un viejo conocido de mi segunda infancia.


Como dijo Roser, el año del dragón trae cambios. Pues que sepa el lagarto obeso que conmigo se ha empleado a fondo, aunque le reconozco que, por ahora, todo para bien.


Próximo capítulo, Les Corts.


3 comentarios:

Laura dijo...

Las mudanzas siempre son muy especiales. Aunque son un lío las emociones que entraña y el proceso me parece casi-siempre muy especial. EL barrio de la Sagrada Familia es precioso ¡eh! la zona me gusta y forma parte de mi vida también.
Mucha suerte en Les Corts!! Tiene una luz especial esa zona, espero que te dé una buena bienvenida.

Amparo dijo...

Gracias, guapa. Creo que sí, que me acogerá como merezco :-))

Mario dijo...

Me gusta poder disfrutar del futbol y por eso me interesa tener la chance de viajar siempre con mi deporte. Quisiera poder obtener algun dia viajes a barcelona ya que para mi allí esta el mejor equipo de todos los tiempos