pero desde 2022 es muchísimo peor, cuando el monstruo empezó su transformación.
Un día, el FC Barcelona decidió que ganaría mucho más dinero aumentando el aforo, le vendió la película a Spotify y ahora se llamará Camp Nou Spotify. No voy a escribir sobre ello porque ya hay mucha información publicada (especialmente interesante la de las denuncias por maltrato a los trabajadores por parte de las constructoras, de las que el club no se hace responsable). Además, me importa un rábano los chanchullos económicos de un club de fútbol.
Lo único que me interesa es la tortura a la que estamos sometidos los vecinos desde hace tres años, con ruido constante y, desde hace un año aproximadamente, el ruido dura 24 horas al día, siete días a la semana. El estruendo es tal que tuve que trasladarme a vivir a casa de una buena amiga durante una semana para poder descansar durante la convalecencia de una operación mayor que me han realizado hace un mes.
He vuelto a casa porque tengo una perra y una gata cuya vida no puedo delegar durante demasiado tiempo, así que sigo teniendo el estrépito de las obras dentro de mi casa, hora tras hora, día tras día.
Laporta y sus secuaces son unos malhechores que solo buscan su interés económico. Les importa un pimiento torturar a unos vecinos que, encima, no pueden cambiar de lugar porque vivimos en Protección oficial. No hay forma de huir de la tortura. El objetivo de los jerifaltes del Barça es hacer caja, y punto pelota. Para muestra, un botón.
Declaraciones del director de operaciones del Barça-Spoty, Joan Sentelles:
“El Ayuntamiento considera que los vecinos tienen derecho a descansar los sábados de todas estas obras. Nosotros habíamos pedido trabajar todos los días de la semana. Necesitamos un millón y medio de horas. Ya no hay margen para que pasen más cosas”, advirtió el director de las obras.
17/07/2024 23:04
Pero que al Ajuntament de Barcelona le importe también un pito, y que seamos los vecinos los que tengamos que llamar a la Guardia Urbana para que paren las obras por las noches y fines de semana, eso no me lo esperaba.
Cuando no puedo dormir de madrugada a causa del estruendo, ya he llamado a la Guardia Urbana y estos no han hecho nada por parar el follón, me da por dejar comentarios en la cuenta del alcalde, como este:
"2:23 de la madrugada. Como viene siendo habitual, el estruendo de las obras del Camp Nou sigue despertando a los vecinos que tenemos la desgracia de vivir delante de ese edificio. ¿Vas a seguir permitiendo que maltraten así a tu ciudadanía, todas las noches, todos los fines de semana? Ya está bien.
(https://www.instagram.com/p/DPTarmajAbE/)
Lo peor es que a mi comentario le siguen varios de diversos ciudadanos quejándose de que a ver si se preocupa en arreglar la ciudad. Vamos, Collboni, que te lo vas a tener que currar mucho para que te votemos los que sufrimos la política de "la pasta gansa del Barça pasa por encima de las necesidades de la ciudadanía".
Le he dejado otros comentarios más largos que nadie ha respondido. No en vano, su marido es un capo de los medios de comunicación que debe aconsejarle que no haga nada, no vaya a ser que se cree un efecto Streissand.
Deseo con toda mi alma que el club terrorista baje a tercera regional y que el monstruo se caiga a pedazos más pronto que tarde y tengan que buscar un espacio para sus juegos lejos de cualquier vecindad. Rezo con la devoción que solo pueden aplicar los ateos como yo. Amén.

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