En cuatro días me largo al Caribe y hace un rato me han asaltado dos temores. Uno es que los cafres del Prat me pierdan el equipaje, así que dentro de un rato saldré de casa y volveré con una bonita maleta aprobada por la IATA para que viaje a mi vera.
El otro temor es que voy a pasar un rato largo -todo el Atlántico- metida dentro de un avión sin poder fumar. Teniendo en cuenta que a mi no me afecta la prohibición porque cumpliré el año y tres meses sin Camel en República Dominicana, reconozco que puedo haber dejado el tabaco, ¡pero jamás dejaré de ser tonta perdida! Ah, qué momento...
3 comentarios:
Tranquila. Yo me tragué 9 horas de avión a Nueva York cuando todavía fumaba antes de dejar de fumar y antes de volver a fumar, y las turbulencias hacen que te preocupes de otras cosas más importantes, incluso te da tiempo para acordarte de la familia y amigos del personal de El Prat.
Mientras no te toque el Comandante Botella, como me pasó a mí en no sé qué vuelo... Todavía me acuerdo del careto que pusimos todos al oir el nombrecito! Por cierto, llévate un chubasqueiro.
(ya te echo de menos)
yo me me tragué 11 horas de vuelo Madrid
Cuba y se me hizo eterno. Más aun cuando
nunca veias anochecer desde la ventanilla del avión y el Océano Atlantico duraba lo que la trilogía del Señor de los Anillos edición extendida, apéndices incluidos.
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