lunes, 27 de agosto de 2007

Se acabó el verano. Lo se porque han empezado

los anuncios de fascículos: el belén, dibujo y pintura y casa de muñecas andaluza. Hoy es mi primer día de trabajo después de dos semanas de nada y una de sol en Tarragona. Sobre las de nada, el paraíso. Soy feliz con nada, en nada, en la nada. En esos días decías "Amparooo" y el eco contestaba "...aaarooo, aaarooo... " con puntos suspensivos por delante y por detrás. Pobre.

La semana de Tarragona --cinco días en realidad-- la pasé en Cala Romana, en casa de Lydia, hermana de Silvia, y su familia. Sol, paseos, jardín, hamaca colombiana de árbol a árbol, un par de libros, varias noches de canasta, mucha risa y mucha paz. Regresé morena y más rubia. Una delicia que me hubiese gustado alargar, alargar y alargar hasta que hubieran tenido que despegarme de allí con agua caliente. Un millón de gracias por asimilarme.

Estas han sido mis vacaciones. Ahora ya está. El portátil vuelve a estar sobre una mesa y los dos móviles encendidos, tengo un ventilador pegado a mi oreja derecha y ganas de ir haciendo paréntesis para leer las aventuras vacacionales de Richard y de Roser. Ambas prometen. Las del primero, porque se fueron dieciséis o diecisiete personas a convivir a una casa en Normandía (no imagino una tortura mayor) y ya ha anunciado cierto grado de granhermanismo que irá relatando a cachos. Las aventuras de Roser y Ricardo han transcurrido en Japón. Hala, (Amparo) muérete de envidia. Encima, ayer recibí un sms de Verònica desde Japón también. Vale que sólo tengo que bajar a la calle para ver japoneses, pero no es lo mismo. Hala, bienvenida general a quien se pase por aquí y a ti en especial.

Vuelvo a la brecha. Ah, y todo esto sin fumar ;-)

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Días de clon y cartas ;-D

Silvia.

Lucía Solís dijo...

Hola, reina. Bienvenida de nuevo.
Yo con lo de las colecciones, ando esperando que me saquen alguna tipo "Haga sus construcciones con palillos". Tengo unas ganas de ponerme a construir una Torre Eiffel!!!!
Yo tambien recibí el sms de Verónica desde el tren bala ¡Qué asco! Yo no hago esas cosas a las amigas. Tengo bastante con la tortura de la sesión de fotos a la vuelta.
¡Ey que ya te tengo reseseada!

Bruguers dijo...

M'encanten els primers fascicles, sempre n'agafo algún que després no se que fer-ne. És com anar al mercadillo i comprar xorrades.

roser_pen dijo...

Bienvenida reina, te echaba mucho de menos! Mucho mucho.
A mi lo de las colecciones me hace mucha gracia porque cuando consiguen que te enganches, van y la interrumpen... Yo empecé la colección de los taxis del mundo, y al final tuve que contactar con la editorial porque no había forma de encontrarlos en ningún quiosco...
En fin, que me alegro que hayas sobrevivido a la hamaca colombiana y que estés de vuelta.

Amparo dijo...

En mi edad adulta sólo logré acabar una colección de fascículos sobre criminales famosos. Si siempre lo digo: "la cabra tira al monte" :-)
Bienvenidas todas, guapas.

Anónimo dijo...

Hola Amparo! Bienvenida a casa. También se te ha echado en falta por aquí ...a ti y a tus entradas de blog.

Las colecciones son un engaño. De chaval me pasó como a Roser-Pen, que invertí dos años de mi escuálida asignación de adolescente reuniendo con paciencia una série de cómics que a falta de dos números del final interrumpieron sin otra explicación, para reeditarla desde el principio.

Nunca supe como terminó la cosa. Durante el primer año, més a més, vi pasar de reojo por el kiosko todos los números que ya tenía; pero para cuando terminaron los dos años y un día de castigo que nos había impuesto la editorial a sus lectores más fieles me había hecho demasiado mayor para esa clase de chorradas y ya las buscaba de otro color.

Creo que fué así como descubrí la existencia del márquetin y su absoluta falta de escrúpulos.