miércoles, 30 de enero de 2008

Mi amiga Julia, que es una guerrera (le viene de

pequeña) fue una de las 50 y pocas personas que se reunieron en Barcelona el domingo pasado, para leer y adherirse al manifiesto que puedes leer a continuación, en oposición al congreso ultra familiar (combina como quieras estas tres palabras y el significado seguirá siendo el mismo) que montó la Plataforma Pacto por la Vida, auspiciado por el PP.

Mi amiga Julia es la mujer de mi amiga Aida y ambas son las madres de Kenia (un bicho malo de tres años que promete dar mucha guerra). Ellas son un tipo de familia que no tenía cabida en el Palacio de Congresos. Xavi y Jordi tampoco, Richard, Miguel y los niños, menos (estos cuatro añaden un divorcio al anatema). Mi familia más cercana ni por asomo porque sumamos bestialismo (Indiana, aunque sospecho que Francisco de Asís estaría de nuestro lado). ¿Y que hago con mi otra familia, la que no tiene nada que ver ni con Bernad ni con Caballero, pero está llena de mujeres y hombres que me conocen, me quieren, me miman y me apoyan de forma cotidiana, de cerca, o de lejos, pero siempre donde les quiero?

Aprovecho mi bloc para difundir el manifiesto que me ha pasado Julia para todas las familias.
Tienes tiempo a suscribirte hasta el 10 de febrero, a título individual (nombre y apellidos y DNI) o colectivo (nombre completo de la entidad y localidad), enviando tu adhesión a familieslg@familieslg.org
Me he permitido traducir el texto del catalán, aunque si lo quieres en su lengua original puedes escribir a la dirección de arriba y seguro que te lo envían.

Aquí
el manifiesto:

Para todas las familias, en plural.

Esta es una declaración escrita desde la libertad democrática y con la adhesión de múltiples entidades, organizaciones y ciudadanía, representativos de diversas ideologías, religiones, orígenes étnicos, culturales y orientaciones sexuales, unidos en nuestro compromiso con la igualdad, la diversidad y la justicia.

Queremos que nuestras palabras sirvan para dar fuerza a todas las personas que aman y son amadas, a aquellas que no quieren imponer nada y a todas las que respetan la diversidad, y para alzar sus voces en defensa de las familias en plural.

Rechazamos
plenamente toda manifestación en contra de la libertad de los otros, en contra de la diversidad existente en los modelos familiares: separados, divorciados, monoparentales, familias reconstituidas, homoparentales, y tantas otras.

Reclamamos que no se confunda a la opinión pública imponiendo una moral única que convierte a tantas personas y a tantas familias en pecadores, indignos y ciudadanos de segunda.

Exigimos que no se promueva la exclusión social, que no se falte al respeto a las personas que han escogido libremente su modelo familiar; que los que se manifiestan a favor de un tipo único de familia no se olviden del principio evangélico que dicen representar: “no juzguéis y no seréis juzgados”.

A los que han convertido la familia en centro del debate político con la intención de imponer su modelo único, desde una prepotencia moral que nadie les ha concedido, les pedimos que se acerquen a nuestra mano tendida, a la tolerancia, a la aceptación y a la defensa de todos los modelos familiares que existen y conforman nuestra mayor riqueza social.

A todas las familias, familias en plural, les pedimos que trabajemos juntas para exigir a nuestros representantes políticos medidas que nos ayuden verdaderamente con nuestros problemas reales, del día a día. No dejamos que los que se manifiestan a favor de un solo tipo de familia nos distraigan con un discurso artificial sobre las condiciones morales “para ser realmente una familia”. Centrémonos en pedir políticas para ayudar a todas las familias:

- La mejora de la conciliación laboral y familiar.
- El reconocimiento del valor de la crianza y del cuidado de los otros.
- Subsidios y prestaciones que apoyen a las personas que cuidan y a sus hijos.
- Permisos de maternidad y paternidad suficientemente generosos como para permitir a todas las familias cuidar a sus bebés.
- Apoyo a las madres que amamantan los seis primeros meses.
- Acceso universal a guarderías gratuitas.
- Colegios públicos y gratuitos para todas las familias.
- Legalizar las alternativas educativas escogidas por algunas familias.
- Servicios de proximidad que apoyen el cuidado de los niños fuera del horario escolar.
- Medidas en defensa de la igualdad de oportunidades de las mujeres, de las madres y de los padres que quieren ocuparse de sus hijos.
- Medidas contra la violencia de género.
- Medidas contra la pobreza y precariedad de algunas familias.

En definitiva, desde un amplio tejido asociativo de la sociedad civil, exigimos el cierre del discurso excluyente que pretende eliminar derechos a la ciudadanía y se empiece a debatir temas que defiendan realmente a las familias, en plural. No podemos permitir que se defienda un único modelo de familia, cuando la gran mayoría de familias queremos que se defiendan todas las opciones.

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