miércoles, 29 de octubre de 2008

No me gusta que llueva. Ya, sí, será muy sano y

le irá muy bien a la Tierra, pero si vas en moto, como yo, es un latazo. Y si tienes que hacer gestiones en metro es latazo y medio. Además, el líquido en el que flota el cerebro de mi madre se altera con los cambios de tiempo y algunas veces la vida se complica.

Pongo la tele y topo con un periodista que dice sin nombrar a nadie que el capitoste de un banco importante pide al Gobierno no desvelar el nombre de los bancos que van a recibir las subvenciones de nuestro dinero para tirar adelante, para que la gente no pierda la confianza en ellos. ¿Qué confianza? ¿Y a que viene ahora tanto cuidado con el prestigio? Eso haberlo pensado antes de hacer cochinadas con nuestro dinerito.

Muere José María Cuevas. Y como no hay nada como morirse para que hablen bien de uno, resulta que el falangista que consiguió abaratar el despido de los obreros y salir en hombros y machacar todo lo que pudo y más a la clase trabajadora, ahora es poco menos que un héroe nacional, hasta para los sindicatos. Maravilloso.

Más allá, sale el presidente del Parlament de Catalunya diciendo que vale, que ya quita el televisor de 7.000 euros del coche oficial, pero que lo hace por la crisis, porque tampoco hay para tanto.
El hombre dice que necesitaba todo lo que le pusieron porque trabaja en el coche, imagino que como el mismo Kunta Kinte porque para facilitarle la labor al televisor le acompañaba una mesita auxiliar y reposapies, en conjunto más de 9.000 euros. Pues nos sale más a cuenta que trabaje en su despacho y vaya a menos inauguraciones, o se traslade a vivir a Barcelona, en vez de empecinarse en vivir en Reus e ir y venir cada día, mientras le dure el chollo de presidir la cámara catalana y así se ahorra los kilómetros de desplazamientos para ir a dormir. Desplazamientos que, por supuesto, pagamos los catalanes.

Luego sale el novio de un cantante folklórico que se empeña en ser más mujer que yo, diciendo que va a contar toda la verdad sobre su secuestro fingido. Si Julián Muñoz, golfo apandador marbellí, está por cobrar 400.000 euros por contar su vida en la cárcel en Tele5 imagina lo que puede llegar a cobrar el tipejo que se escondió de su inmenso novio para, al parecer, liarse con una mujer, montando un secuestro de mentirijillas y llevarse así una pasta gansa de su ex-prometido. Todos los programas de la víscera correrán a contratarle para que alargue durante meses una anécdota que duró tres días.

Lo peor de todo no es que llueva, sino que el Gobierno hará caso al banco y no soltará prenda sobre a dónde han ido a parar nuestros cuartos. El presidente del Parlament seguirá desplazándose en un Audi 8 creyendo que es super guay por renunciar a un televisor de 7000 euros. El ex-alcalde volverá a disfrutar de la pasta que jamás devolvió, y gritará a los cuatro vientos que ha pagado su deuda con la sociedad, aunque era inocente. Y el novio cabron del folklórico se forrará por ser lo que és, un cabrón.

Qué asco, todo junto.
Aprovecho y cuelgo el vídeo que ya ha colgado todo el mundo bloger y que me ha hecho reir.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenísimo el video!!!!Y sí tienesrazón, todo ello junto un asco. Pero ya sabes, como soy medio tonta o ingenua del todo, intento verlo desde el lado positivo. Lo único bueno de todo?a pesar del fastídio, la lluvia y por supuesto el video.
Un sábado me paso por tu casa y hacemos té rico.
Eva