Ese era el título de un programa de radio de los años 50 que conducía el gran Alberto Oliveras. Y me va al pelo para agradecer todas las muestras de apoyo que he recibido, y que he transmitido puntualmente a Martita. Que también sirva esta entrada para decíos que os quiero mucho, pero que lo digo poco, y es que no se puede ser perfecta, ni aún siéndolo.
El tabaco mata. Y mata mal y pronto. A partir de esto, vosotros mismos. Colaboré con una asociación anti-sida durante casi diez años. El "a mi no me va a tocar" había sido el lema de las personas infectadas de VIH que venían a buscar apoyo, porque "sí toca". El virus también mata mal, aunque en ocasiones no tan rápido. El cigarrito, el piti, el cigarrin, el malborito... --ya le puedes llamar Boby, como a tu perro-- no es tu amigo. Es lo que te va a joder la vida y, aun peor, la vida de los que te rodean. "¿No me muero yo? ¡Pues haré lo que me dé la gana y seguiré fumando!". Vale, además de una postura de lo más inteligente, es una mentira como una casa. Porque cuando un amigo se muere, arrastra una parte de ti. Así que, aviso a navegantes, no quiero que se me muera ningún amigo más por culpa de la mierda del tabaco ¿vale? Eva y Vicens han empezado a intentarlo hoy. Es más probable que Eva sea la que lo pase más cafre: no sabes cuánto, cariño, pero vale la pena. Tú ganarás salud y El Corte Inglés ganará una pasta inhumana porque tendrás que comprarte ropa nueva un par de tallas más grande. Eso es lo de menos. En serio, si alguno de mis amigos me dice que tiene un cáncer por culpa del tabaco no llegará a morir porque haré que parezca un accidente. Estáis avisados.
1 comentario:
Estaría feo que te contestara en mi blog y no dijera nada en el tuyo. Pues eso, que siento haber sido algo inoportuno pero sobre todo siento mucho lo de Marta. Otro abrazo.
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