Pasqual Maragall anunció ayer de forma oficial que no se presentaba a las autonómicas avanzadas que tendremos en otoño. De todo lo que se puede explicar de este hombre, elijo la forma personal para decir que me sentí orgullosa de ser barcelonesa cuando gobernó mi ciudad como alcalde, y me he sentido orgullosa de ser catalana cuando ha presidido mi país. La fotografía que he escogido para acompañar este texto ilustra a la perfección el President que dejaremos de tener dentro de nada. Aún recuerdo cuando, hace muchos años, subida al "papamóvil", la oficina volante que usaba durante su etapa como Alcalde para moverse por Barcelona, me enseñaba todos los cacharros tecnológicos que había incluido con una sonrisa de oreja a oreja. Y también cuando, hace menos de un año, me topé con él en un miting y totalmente paralizada le sonreí tanto y tan alelada que se echó a reír y me estampó dos besos aunque jamás me reconoció. No soy nada mitómana; he estado junto a Buenafuente sin darle la menor importancia. Con Pasqual Maragall no se trata de mitomanía, sino de pura y simple admiración.
3 comentarios:
dilo como quieras, pero... ¡fué bonito mientras duró!
Vuelvo a comentar a 13 de Julio... Me duele mucho mas de lo que puedo controlar. Se va "mi" presidente y no hay nadie que lo sustituya. Pero lo que más duele es lo evidente de la llaga: "...antes es conservar el poder adquirido que las ideas que defiendes..." y por eso echan a Pasqui. ¡Quítate tu pa ponerme yo!
Me entristece no poder poner emedio a semejante situación.
Soy del partido por afinidad de ideas, no por afinidad de actitudes.
Ay, por fin alguien que escribe sobre Pasqual sin llamarlo borracho!!!
Qué ganas tenía de leer a alguien que ve a este hombre como yo (y que injustamente lo ha valorado este país... tiempo al tiempo).
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