fumar (yo directamente) sin apenas darme cuenta, al mismo ritmo que envejezco podría precisar. Dudu, que es un sol, me envió ayer un mensaje felicitándome por el año y medio. Gracias mil pero no. De año y medio nada de nada. Año y siete meses. Rafa me me pregunta en la entrada anterior que si mis propósitos incluyen seguir sin fumar. Bueno, no sé. Mejor sigo sin proponérmelo, simplemente peleando día a día contra las ganas, que tampoco me ha ido mal. Ah, por cierto, hoy he esnifado rapé, que es la cosa más tonta que se puede esnifar habiendo lo que hay por ahí, pero bueno... Era rapé mentolado, que viene a ser como chutarte por la nariz un aftereight rallado y después te pasas un rato preguntándote quién a tu alrededor lleva vicksvaporup. Me lo ha pasado Dr. Pecé (el del NT1 que tira a Groucho) que está dejando de fumar, el pobre, y se ve que quiere engancharse a otra cosa, aunque no lo creo porque el rapé está asqueroso. O a mi me lo parece. Bueno, también es verdad que me he dejado media dosis fuera de la nariz, hasta incluso un poco en el jersey. Señor, con lo que yo había sido. Cuando me acuerdo hasta se me quitan las ganas de añadir puntos suspensivos. Mejor terminar cuanto antes.
1 comentario:
¡Já! No cuela, Amparo, esta es la napia de Indiana.
Por cierto, felicimuchas, Indiana.
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