domingo, 25 de noviembre de 2007

¿De qué sirve hacer que un día cualquiera sea especial,


como hoy, 25 de noviembre, Día internacional contra la violencia de género? Quizá de poco, pero una servidora, con cierto trayecto en favor de los derechos humanos, puede asegurar que como gota malaya, el mensaje público va calando.

Recuerdo tiempos heroicos, a principio de los 90, cuando aprovechábamos el 1 de diciembre, Día Mundial contra el Sida, para salir a la calle y repartir información a la ciudadanía. Algunas personas, a punto de coger el folleto que les ofrecíamos sonrisa en ristre, al ver de qué trataba no sólo lo rechazaban sino que se apartaban y salían disparadas dándonos un rodeo, imagino que para evitar contagiarse de información. Años y años saliendo a la calle para visualizar el trabajo, la investigación, los avances en la lucha contra el VIH han logrado una sociedad mejor informada y, por tanto, menos intolerante, menos atemorizada y más activa en la defensa de los derechos de los enfermos de sida.

Con los asesinatos de mujeres a manos de sus parejas, ex parejas, o cualquier bestia al que le plazca dejarse ir con un arrebato de violencia, la sensibilización ciudadana es más difícil y confieso que eso me tiene perpleja. Entiendo que en muchas familias se conoce el caso de un abuelo, un tío, un hermano, un bestia cualquiera, que ha zurrado a la parienta. Lo llevamos tan adentro, es tan natural que cualquier bestia le suelte un soplamocos a su mujer, o un "cállate, a ver qué vas a saber tú de ésto", y agresiones por el estilo, que nos parece normal. Pero "normal" no significa bueno, sino que la situación, por abundante y conveniente, es aceptada y más si favorece las estructuras de supremacía de un sexo sobre el otro.

Señores y señoras, deberíamos ir terminando con este statu quo que favorece que un hombre cualquiera posea patente de corso social para hacer lo que le venga en gana con una mujer, la suya u otra que le apetezca.
En una entrevista a la abogada Consuelo Abril encontré una reflexión que no se me había ocurrido, y mira que soy lista. La periodista preguntó "¿Qué habría pasado en España si, el año pasado (2006), en lugar de 68 mujeres hubieran sido asesinados 68 futbolistas o 68 taxistas?"

Estoy segura que este país nuestro, donde sigue en boga que a muchos hombres "no les gusta que [para ir] a los toros [su mujer se] ponga la minifalda", en el que seguimos con los estereotipos machistas ("no me puedo quejar porque mi marido me ayuda mucho en casa"), donde mujeres venden cemento en ropa interior, donde se hacen anuncios tan estúpidos como el de una marca de café basado en que los hombres sólo pueden hacer una cosa a la vez (¿me pregunto a que sexo pertenecía Einstein, Da Vinci, Marañón...?) aún nos costará entender que la justicia debe ocuparse severamente de quien conculca los derechos humanos.

Porque de eso de trata. Si tienen que existir leyes especiales para proteger a las mujeres es porque hasta hace poco no se trataba de igual forma la violencia ejercida contra un hombre que contra una mujer. Hace muy poco que se logró desterrar el término "violencia doméstica". Se acabó la trampa "lo que pase de puerta adentro es cosa nuestra". No bonito, no. Se te acabó el chollo.

Aunque voy acumulando -istas (periodista, publicista, socialista...) nunca me he definido como feminista, más bien como "personista" (para declararme humanista me falta sabiduría e inteligencia), y es desde esa postura que defiendo la carta de los derechos humanos, creo que el texto menos leído en el mundo después de El Quijote (a leído de verdad, me refiero), del que una de sus máximas impulsoras fue una mujer, dicho sea de paso. Con aplicarla se acabarían los problemas. Vamos, ¡hasta con leerla!

Al final, con esta entrada tan larga y deslavazada me gustaría transmitir que:

a) Somos las personas las que debemos ponernos las pilas para que esta mierda de asesinar a mujeres "porqué era mía", termine de una vez.

b) La violencia contra las mujeres no solo nos incumbe a nosotras. Va habiendo hombres que se unen a la lucha, pero aún son demasiado pocos. Chatos, ¡aupa!, ¡venga!

c) "Feminismo" no es el antónimo de "machismo". Feminismo es la defensa de los derechos de las personas, porque defender a las mujeres es defender también al resto de la humanidad. Machismo es ignorancia, brutalidad, conformismo, egoísmo, falta de empatía y absoluta indiferencia ante el sufrimiento del prójimo.
Ah, y eso de que el feminismo ha pasado de moda, nada de nada. Esto va por los rústicos y por las nenas "este rollo no va conmigo". Si va, chatina, si va.

d) Señoras, hacedme caso y al primer tortazo, físico o emocional, salid huyendo, a pesar de que luego el agresor os ponga ojos de cordero degollado. La violencia siempre va unida a la mentira y a la humillación y todas las personas nos merecemos lo mejor, vosotras incluidas.

Si os encontráis con una situación de violencia contra las mujeres o estáis inmersas en una, llamad a estos teléfonos. Son gratuitos, funcionan las 24 horas y están preparados para borrar cualquier pista para que el bestia del agresor no pueda pillar el móvil o a factura del teléfono y saber que habéis llamado.

España
900 191 010
900 152 152 (DTS mujeres sordas)

Catalunya
900 900 120


Dejo unos cuantos enlaces, por si os interesa investigar más allá de lo que publican los medios de comunicación ("Era un buen hombre", suelen decir los vecinos cuando el becario de turno les pregunta por el asesino. Y cuando lo oigo se me llevan los demonios).

Red feminista contra la violencia hacia las mujeres
Amnistía internacional: Campaña no más violencia contra las mujeres
Instituto de la mujer
Institut català de la dona
Asociación de hombres por la igualdad de género
Heterodoxia. Red de hombres profeministas

La foto de esta entrada pertenece al entierro de David Oliver, el joven que murió por defender a una mujer que estaba siendo agredida por el bestia de su novio. Es mi forma de darle las gracias a él y a todos los que compartís su pensamiento.

5 comentarios:

Carme Sànchez Martín dijo...

Gracias a todos los HOMBRES que se están implicando de verdad en la erradicación de esta lacra!!!!

Yo tengo puestas las esperanzas en la próximas generaciones: espero que niños y niñas, chicas y chicos que van teniendo modelos de relación más igualitarios entre mujeres y hombres y que además rechazan expresamente la violencia, acaben con ella.

Intento ser positiva...

Anónimo dijo...

La esperanza en las nuevas generaciones y... la justicia en esta... que solo tenemos una vida. dejemos la resignación para aquellos que un día debatieron con toda solemnidad: "si la mujer tiene alma o no".

PD. Amparo ¿el 28 de Noviembre se puede considerar "principios de noviembre"?

Amparo dijo...

Ah, una postdata metafísica... (te contesto en privado ¿vale?)

Anónimo dijo...

No sé yo... quizás soy pesimista, pero veo que las mujeres aprenden a vivir con los errores de los hombres... presiento un futuro donde la mujer "golpea" al hombre
(no sé cuánto de verdad tenga este artículo http://www.geocities.com/adm_peru/manif04.htm dá miedo pensar que es como esas páginas que aseguran que el holocausto y los campos de concentración son una mentira)... en fin, como propuesta y grano de arena, educo a mi crío con la máxima de Ni se te ocurra golpear a una mujer porque te enteras..... y también : La violencia, solo genera violencia... triste que no pasa una semana sin que alguna madre me diga que estoy criando a un cobarde, que debo enseñarlo a defenderse y a no dejarse....

Amparo dijo...

Ceniza4a, hay mucho trabajo por delante. Educas a tu crío en el respeto, y eso es bueno. Siempre habrá personas, hombres y mujeres, que quieran desmontarte el castillo, pero si tú estás segura de tus convicciones tu hijo aprenderá a defenderse mejor que cualquier otro y sin usar los puños, sino empleando la razón, la palabra, la ley. Besos.