Mañana, tras tres días de adiestramiento intensivo, dejo a mi madre en manos de Susanalacuidadora. Buena chica, algo atolondrada pero concienzuda. Hoy ha estado a punto de cruzar la línea de no retorno cuando ha llamado "yaya" a mi madre, que ha clavado sus ojos en mi con mirada de "¿qué me ha llamado?" y yo, como si se tratase de Ryan el soldado, he corrido en su auxilio.
"No la llames 'yaya', ni 'abuela'. Llámala María o Ángeles, como prefieras".
Susanalacuidadora ha escogido "María".
Paciencia tiene, eso es indudable. Esta mañana, para que no deambularan sin rumbo, las he enviado a un recado. El destino era fácil: "bajas la calle, giras a la izquierda y está en la primera esquina". Vale, pues mi madre se ha empeñado en guiar y la otra le ha hecho caso. Han dado siete vueltas a la Sagrada Familia (no tenían ni que pasar por delante) y encima sin que la pobre desgraciada pudiera preguntar, porque mi madre no la dejaba.
De vuelta a casa estaban arreglando el ascensor. No ha hecho ningún amago de tirarse por el balcón una vez arriba -es indudable que tiene carácter- y encima me ha contado la anécdota del paseíto con risas. Ya veremos si sigue riendo cuando lleve 45 años con mi madre.
Mañana saldré de casa a las 9 de la mañana y pasaré el día fuera. Yupi.
Ley de dependencia: tres meses desde la petición y aún sin respuesta de la Administración. También yupi.
4 comentarios:
Bueno, guapetona, por lo menos ahora podrás respirar de vez en cuando, que si no, ya te veía yo pidiendo cama en Psiquiatría.
Un besazo muy gordo!
¿Puedo decir Yupi "yaya"?
jijijijiji
Besotes a las tres y tambien a Indiana.
Y lo de la estampita religiosa????
Es la Sagrada Familia. Atea, más que atea.
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