jueves, 15 de enero de 2009

Con un poco de suerte me libro de la

quimioterapia. Hoy he conocido a la que será mi oncóloga de ahora en adelante, una doctora simpática y algo dispersa. Me ha emplazado de nuevo para el lunes, porque aún no tiene decidido el tratamiento. Sospecho que va tan saturada que se le ha pasado mi carpeta, pero se lo perdono.

La doctora me ha dicho:
-- No tengo claro aún qué hacer contigo porque estás al límite.
Mis ojos se han puesto aún más redondos y le he preguntado con aplomo y algo de susto:
-- ¿Al límite de qué?
Me mira, se ríe y me dice:
-- Al límite de no hacer quimio porque estás muy bien.
Casi la mato.

Vamos, que mi tumor era un mixto (ella dixit) y la parte más cabrona, la que se disemina por la sangre y alienta a las células a volverse locas, es bastante pequeña. Si no es mayor de nosecuanto no me darán quimio. Mejor, porque en la sala de espera he asistido al speech sobre la quimio que una señora escandalosa, gorda y cancerosa le soltaba gratuitamente a otra señora, flaca, cancerosa y asustada, y no me ha gustado lo que explicaba. Qué antipática es la gente que le dice a otra gente "tienes que ser valiente". Me lo dice a mi y le explico que desde pequeñita, excepto modelo de pasarela por falta de altura, soy lo que me sale de las narices. No es mi caso, pero si quisiera tener miedo lo tendría, por mucha gorda gritándome en dirección contraria.

De la radioterapia no hemos hablado aún. Lo que antes era mi teta derecha ahora es un volcán infectado: después de un mes y medio no aciertan con el antibiótico, parece ser.
La onco ("orco" que dice mi amiga Eva [no tu, Eva, ni tú, Eva, la otra Eva]) le ha sacado una foto a Vulki, se ve que para colgarla en el hall of fame de las tetas infectadas, y hasta se la ha enseñado a su residente, que ha puesto una cara de "jodermenudoalienígena".

En fin, lo importante es que ya que voy a recibir terapia hormonal durante cinco años, si puedo ahorrarme una invasión de John McClane diminutos corriendo por mis venas, destrozándolo todo a su paso para arreglar la historia diez minutos antes del final, pues mejor.

El residente también me ha gustado mucho. A su pregunta: "¿has fumado?" le he respondido que sí y que lo peor que había hecho era dejarlo porque cuando fumaba pesaba veinticinco kilos menos y no tenía cáncer. Y me ha dicho "es otra forma de verlo, claro". Bien por él. Así me gustan los oncos, libres de dogmas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Me alegro mucho de que estés al límite! Jo, librarse de la quimio es como que te toque la lotería de Navidad y hay que celebrarlo si al final te libras.

Respecto a la conversación entre las otras dos pacientes, piensa que quizá ellas se conozcan de antes y sepan cómo ayudarse, a una quizá le ayuda hablar de ello y la otra quizá necesita que alguien le recuerde que luchar por vivir sí vale la pena. Cada uno lleva la quimio y el cáncer a su manera y la actitud con que se afronta la enfermedad es muy importante, hay que ser positivos dentro del horror que hay. Quizá la paciente que tiene miedo necesita que alguien le hable "de tú a tú" y le dé otro empujón para luchar.

Volviendo a lo tuyo: ¡así se hace! ¡olé! Y mete en su OVNI al alien que tienes en la teta y mándalo a Marte sin GPS, que se pierda por ahí.

Petonets! (para las tres de la familia)

Eva dijo...

Reitero lo de las felicitaciones!!!
Pero a ver la del volcán,quieres hacer el favor de mandar al patógeno ese que te esta colonizando la teta a tomar viento de una vez.Te recuerdo que ganaste el primer partido por 1-0 con el equipo duro, así que,a por este con más fuerza.Por cierto el profe Fleming(el Alexandre,que no el Ian ni el Victor)empieza a estar cansado con sus discipulos por no encontrar el remedio y les recuerda que les esta vigilando.Así que clase, a espabilarse.
Besos

roser_pen dijo...

"Tienes que ser valiente" es una frase que a mi tmb me molesta cuando me la sueltan, pero luego resulta que yo alguna vez tmb se la he soltado a alguien, aunque con un poco más de literatura, pero que al final... sigue siendo lo mismo... y cuando me escucho a mí misma me doy una rabia! En fin... Que me alegro muchísimo de que estás al límite... a ese límite.
Por cierto, muy buena tu reflexión sobre el tabaco. (a ver si voy a acabar fumando yo tmb)