domingo, 19 de diciembre de 2010

Indiana me ha regalado quince años de amistad, de ser

cómplices, de entendernos con la mirada. Llegó a mi vida un febrero tremendamente frío y ayer, en otra mañana también fria, la acompañé hasta que murió.

Ha sido la perra más bonita del mundo, inteligente, cariñosa y divertida. Le gustaba hasta a quienes no les gustaban los perros; no he sido la única rendida a sus encantos.

Además, era una perra-gata. "Te quiero, pero ahora mismo estoy tranquilísima en mi rincón del sofá y no me apetece nada hacer el mico para entretenerte ¿entiendes?". Y claro, dicho así no había más remedio que respetar su espacio y su tempo.

Recuerdo un verano que pinté mi casa. Indiana tendría cinco meses y me ayudaba metiendo sus patas en la bandeja de pintura y llenando el suelo de huellas blancas. Con la energía de los 33 años recogí todo, limpié, pulí, abrillante, entreteniéndome especialmente en una mesa de mármol que tenía, y abrí el balcón de par en par para que se fuera el olor de la pintura.
Más o menos en cinco segundos, Indiana cogió carrerilla por el pasillo, brincó en la mesa abrillantada y al resbalar por el pulimento trató de frenar como un dibujo animado, caminando frenéticamente hacia atrás mientras me miraba con las cejas levantadas. Total, aunque acabó estrellándose un poquito contra la barandilla del balcón lo único herido fue su orgullo, en parte gracias a mis carcajadas.

También me viene a la memoria un hecho mucho más reciente, apenas hace un año y poco. Cuando volvía de la quimio y me hundía en el sillón, mi perra se tumbaba literalmente encima de mi, tratando de abarcarme. Primero pensé que quería hacerme mimos, después entendí que lo que pretendía era absorber mi malestar para evitarme sufrimiento.

La mejor perra y la mejor amiga. La lloraré siempre.

8 comentarios:

Majo dijo...

Las lágrimas por Indiana rodarán en muchas mejillas y a muchos km. Cómo me gustaría que las mías restaran pena a las tuyas. Igual que su abrazo absorbía tu malestar... besadetes cómplices.

berberech0 dijo...

Lo siento mucho Amparo, soy amigo de Eva y nos conocimos una vez que vinisteis juntas a Valencia hace la tira de años para algo de la Escuela Oficial de Idiomas si no recuerdo mal. Te sigo desde el google reader. A mi familia y a mi nos pasó algo parecido... y sé lo que duele, con el tiempo, terminas no pensando en ello

http://berberech0.blogspot.com/2007/06/esta.html

y con más tiempo aún sólo queda una cicatriz, una más de las que te hace la vida.

Juan

topogiggio dijo...

Amparo, lo siento mucho. Muchísimo. Un achuchón grande. Yo hoy mismo para homenajear a los tiernos que se han ido, me voy a adoptar a uno.
Ánimos.
Te mando achuchones humanos y perrunos.

Adriana López Redondo dijo...

Descansa Indiana. I a tu t'envio tota la força del món per pensar en ella sense creure ni un moment que no ho vas fer tot.
Els seus últims dies relaxada i calenteta a casa amb els seus abrics, i els seus 15 anys sabent que tenia aprop seu una companya i una amiga excepcional i fidel.
T'acompanyo en el sentiment en mig de les llàgrimes al llegir el teu adéu.
Ànims i un petonàs per tu.
I a tu, Indiana, tot el carinyo del món.

Anónimo dijo...

Me da mucha pena leer que Indiana se fue, pero me reconforta sentir que lo suyo, como lo de los seres muy queridos que nos dejan físicamente, nunca será ya un irse del todo. Es tanto lo de ella que vive en tí...
Felicidades por haberla podido disfrutar durante todo este tiempo!
Duaita

Anónimo dijo...

Gracias a todos por vuestras palabras.

Eva dijo...

Cara amica, acabo de ver el post y me apena muchísmo la pérdida de Indiana. Recuerdo que cuando venía a visitarte ladraba cada vez al irme. Me gustaba pensar que se enfadaba porque me marchaba y por eso ladraba. Indiana ahora descansa tranquila. Un abrazo inmenso.

Irene Morelló Gugenberger dijo...

Extraordinario..¡¡ Amar es sufrir... Pero si decidimos voluntariamente no tener "compañeros del alma" y vivir sin mascotas, por temor al momento de perderlos, está claro que viviremos una vida yerma, sin emociones y sin todos éstos recuerdos que son el relleno de nuestro tapiz vital...BESOS AMPARO...y también para Indiana, porque mientras alguién te recuerda, SIGUES VIVIENDO...