O coletazos, o latigazos, llámale como quieras. Desde hace una semana o así me acuerdo del tabaco de forma intermitente. Ya se que es una tontería como una casa, pero no puedo evitarlo. El miércoles estuve en urgencias de Cruz Roja por un mal materno y me sentí muy bien, muy "buena hija" porque podía quedarme en la sala de espera mientras le hacían pruebas, en vez de salir desesperada a fumar con la angustía de calcular mal el tiempo y arriesgarme a que me llamasen por megafonía y yo fuera, narcotizándome y dando una imagen pésima, de hija desnaturalizada.
Tengo ganitas de fumar, o de no haberlo dejado Y sigo comiendo como un tiranosaurus regina. Empiezo a estar inconmensurable.
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