martes, 21 de noviembre de 2006

Esta tarde un kioskero me ha llamado "nena".

Si a eso le sumo que mañana firmo un contrato (basura) con una ETT para vender seguros de parte de un banco vía telemárqueting ¿querrá decir que estoy a punto de superar mi ración siete años de mala suerte? Bueno, digamos que la campana ha vuelto a salvarme. Con lo que voy a cobrar (una miseria que no llega a cuatro cifras, pagas prorrateadas incluidas, y sin derecho a vacaciones porque ya vienen en el sueldo) salgo del paso. ¿Que cómo? Pues de vez en cuando sacrifico a uno de los conejos de la chistera, a ver qué remedio. El horario es de pena, de dos a nueve peeme, pero ¡es lo que hay! así que en cuanto acabe esta entrada me voy a por un canto para darme en los dientes. Debo conservar alguno en algún cajón. Hala, volveré a cotizar y una vez al mes recibiré de nuevo esos sms tan agradables de "le han ingresado tantos euros en su cuenta", a menos que La Caixa considere que lo que me ingresan no compensa el gasto del mensaje. No sé, mi caja de ahorros es tan suya...
Por cierto, SIGO BUSCANDO TRABAJO, de esos que requieren cerebro, cierto espíritu y comportan un sueldo de cuatro cifras mensuales varias veces al año. Vamos, que si me mantienes en tus oraciones durante un tiempo te estaré eternamente agradecida, como hasta ahora.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El verde que se ve al final del tunel parece bonito... :-)

Silvia.

Amparo dijo...

Con la racha que llevo igual lo verde no es luz, sino un marciano que me espera a la salidapara darme en lo alto de la cabeza... No, va, no. Será luz. (¿Verde?)