domingo, 6 de enero de 2008

La ciencia avanza que es una barbaridad.

Gracias a ello estoy escribiendo esta entrada sentad a la vera de la cama de mi madre, ingresada en un hospital desde el 31 de diciembre por la mañana tras sufrir una embolia muy grave que la ha dejado hemipléjica del lado izquierdo. Ha superado una infección pulmonar aguda y hace dos días me pide comida, porque con lo que le pasan por la sonda gástrica no tiene suficiente.
Conserva el sentido del humor y toda la razón (sus puntos de fuga son esporádicos y ya los traía incorporados de serie) y eso le hace darse cuenta de que no habla bien, de que le cuesta que la entiendan (yo ya no, ¡por fin podré saber que dice el Pato Donald!) y de que su situación es como mínimo complicada.

Año nuevo, vida nueva. Acabo de tener un bebé de 85 años que cuando vuelva a casa necesitará ayuda las 24 horas. Hay que levantarla, acostarla y bañarla con una grua hospitalaria y eso me obliga a hacer ciertos cambios en la casa. Mira, no será en Nochevieja pero empezaré el año como los chinos, deshaciéndome de todo lo que ya no sirve: sofá, puertas, muebles...

A cambio, entrará en mi casa una cama articulada, una grua doméstica, un fisioterapeuta (si es como el que tiene en el hospital, nenas, pagaréis por verle) y dos personas para ayudarme a atenderla. Mi vida va a ser un constante frenesí de personas forzudas y desconocidas deambulando por mi casa obligando a mi madre a hacer volatines.

Si ahora mismo pudieras ver por una webcam la habitación de mi madre me verías emparedada en una silla, entre su cama y la de la compañera, ambas roncando sincopadamente. El ronquido, como el bostezo, acaba pegándose, y la cabeza se me cae hacia los lados. Zzzzzzz. Seguro que en cuanto me acomode para hacer una siestecilla una de las dos guayabas se despierta y empieza a pedir cosas.

2008, año uno, año de cambios, de inicios, de dejar atrás lo viejo y emprender una nueva vida. Joder, pues va a ser que si. Espero que los servicios sociales y la ley de dependencia funcionen. Si no, montaré una página porno o venderé cocaína en la puerta de algunos colegios que tengo localizados. O quizá podría ser pianista en un burdel, una vez más.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Conserva el sentido del humor y toda la razón
Qué te digo... que ese entusiasmo y optimismo sea mas fuerte que los brazos del fisiclooney que tiene el hospital. Un beso a tu madre y un hombro virtual pa tí..que más no puedo. O si? Escribe si se te ocurre algo

Lucía Solís dijo...

Hola Amparo,
Qué te voy a decir... Que te tomes la vida con humor no hace falta. Valiente eres un rato así que... Un beso.

roser_pen dijo...

Ya sabes dónde nos tienes. Telefonazo y salgo corriendo. De verdad de la buena.
Un beso enorrrme para ti y otro para tu mami.

Anónimo dijo...

Hola preciosa! Me he quedado helada... te llamo luego. Un besazo!!

foscardo dijo...

Bienvenida al mundo de la paternidad "accidental". ¿Quien iba a decirnos con el tiempo que nos conocemos que acabariamos siendo papas a la vez y de forma tan peculiar?

Besotes a las dos y mucho ánimo y paciencia.

Anónimo dijo...

sigo estando cerca, si me necesitas, solo silba.

Violeta dijo...

Un fuerte abrazo

Anónimo dijo...

Es un consuelo - y ninguna sorpresa - ver que no te faltan buenos amigos.

No creo que ella se acuerde de mi porque sólo hemos coincidido un par de veces hace muuuucho tiempo, pero tu dale un beso también de mi parte.

Richard me lo dijo el otro día, pero desde entonces que no he sido capaz de encontrar el mejor momento para llamarte: Lo siento, soy un petardo para estas cosas; pero yo sé que tu sabes que también cuentas conmigo.

Un besazo Amparo, eres mi héroe.

Mon Panadès dijo...

No et conec massa pero tampoc fa falta per ser solidari amb les adversitats de la vida dels que ens envolten.
Ànim tia,...
les teves panzerdivision estan amb tú.
MOlta sort.