jueves, 11 de diciembre de 2008

Resilencia es una palabra que en principio

se aplicaba a los metales y después de la IIGM también a las personas. Significa la capacidad de volver a nuestra forma original por mucho que los avatares de la Vida nos deformen.
Es una palabra que me gusta. Me gusta tanto que hasta se la presté a una amiga que inició un nuevo camino tras una temporada un tanto apurada.

Resilencia es una palabra que me va. Paso temporadas en que la Vida me estruja como a una pelota antiestrés, pero siempre llega el momento de recobrar la hechura. Cuesta, cuesta un montón y algunos días y muchas noches parece que el día en que todo vuelva a su cauce no llegará nunca. Menos mal que tengo tanta práctica que aunque a veces dude jamás dejo de confiar.

Aprovecho y dejo el enlace a un entrevista que Lucía ha dejado en su muro de Facebook precisamente sobre mi palabra preferida, pero mucho mejor explicada.
Si ya lo dicen los japos: las crisis pueden ser oportunidades. A poca razón que tengan, a mi se me avecina una oportunidad más grande que Godzilla.

2 comentarios:

roser_pen dijo...

Acabo de leer la entrevista y ME HA ENCANTADO!!! Menuda lección!
1beso perla!

Nadie dijo...

La entrevista es muy buena...habla de Victor Flankl, del que precisamente acabo de leer su libro, El hombre en busca de sentido(me ha conmovido...).
Amparo, no solo que te guste la palabra, sino que a veces (como en este caso tú...) somos practicantes de estudios que desconocemos...no te conozco, pero por lo que leo, tú eres una VALIENTE SUPERVIVIENTE...
Un abrazo y todas mis energias positivas....