la historia de cine: Mamma mía. Ya, claro, es muy fácil decir "cómo se te ocurre". Pues porque es verano, porque mi amigo Torrent me facilita muchos visionados que pagando no haría y porque una siempre tiene una hora y cuarenta y ocho minutos tontos y --todo el mundo tiene un pasado-- he bailado millones de veces las canciones de ABBA.
Volviendo a la película, Mamma mía, más que el título podría ser la cabreada exclamación de quien haya pagado por ver este bodrio. Meryl Streep, que desde Kramer contra Kramer hace de Meryl Streep, vuelve a hacer de ella, sólo que agitándose o sufriendo convulsiones que la directora trata de colarnos como bailes. Además, a punto de cumplir los sesenta se empeña en pasar por una jovenzuela de cuarenta y no, para qué engañarnos. ¿Será una venganza del director de casting debida a una vieja ofensa? ¿Cómo pueden enfundarla en un pantalón de peto y obligarla a ser la madre de una veinteañera rubia (Amanda Seyfried) con aspecto --y sólo aspecto--virginal?
Phyllida Lloyd es la directora de este casi seguro Razzie. Al parecer Lloyd, gran amante de la ópera, odia el pop. O el cine. O el pop y el cine. Si no es así, es imposible entender semejante engendro. Mamma mía! (creo que me he contagiado).
Voy a ser positiva: Christine Baranski, la mujer por quién más de un cirujano plástico debería pudrirse en una cárcel turca, defiende su papel con brío, valentía y profesionalidad. La mejor de todas sin duda.
Por lo que respecta a ellos, hay un empate técnico entre Pierce Brosnan y Colin Firth. Vale, si has llegado hasta aquí mereces saber que he visto Mamma-enqueestaríayopensando-mía por Colin. Pensé "si él participa no debe ser tan mala como prometen los anuncios de la tele". Casi veinte años ganándome la vida con la publicidad y sigo equivocándome al dudar de ella. Pues sí, la peli es tan mala. Qué digo "tan". Es tantarantán mala.
Volviendo a Pierce y Colin, el primero, cincuentón largo, sigue pudiendo descamisarse con dignidad. Olé Remington. Quién tuvo, retuvo. Encima, clase magistral para cualquier aspirante a actor, aguanta a pie derecho The winner takes it all entera aullada por una convulsa Meryl en un acantilado como lo que es, un señor y un actorazo. Otro la hubiera empujado.
Respecto a mi muy amado Colin, que últimamente se ha metido en berenjenales impropios de un caballero, lucha por dignificar veinte líneas de guión como sólo un actor d oficio sabe hacer. Qué lástima este chico, lo bueno que es y lo mal que escoje. Digo yo que será por dinero. ¿Publicará un anuncio en The Times pidiendo perdón en su nombre y el de su familia por haber participado en Mammadelamorhermoso, como hizo Paul Newman en un diario yanky tras actuar en El cáliz de plata?
El resto del reparto oscila entre insignificante, prescindible y patético así que no perderé el tiempo en pormenores.
Si tras está escolástica crítica aún crees que Mamma mía vale la pena, por favor, para y piensa. Existen terapias para esto que te pasa, tus amigos están a punto de regresar de vacaciones y la vida vale la pena.
Si la has visto y te ha gustado, igual te ha pasado como a miles de personas que nacimos en los sesenta y hemos caído en la tentación: ¿quién no ha bailado ABBA sobre la barra de un bar? Eso marca para siempre.
Vale. Te enrocas y te empeñas en decir que te ha gustado. Bueno, te quiero igual, aunque es posible que jamás quedemos para ir al cine, al menos comprando la entrada y menos si invito yo.
Aprovecho y te dejo puesto The winner takes it all tal y como siempre debió ser cantada, y por si a Meryl se le ocurre pararse en este bloc. Lo que está hecho, está hecho, pero queda el arrepentimiento y el acto de contricción. Es tu caso, Meryl, con éste último ya cumplirías.
Volviendo a la película, Mamma mía, más que el título podría ser la cabreada exclamación de quien haya pagado por ver este bodrio. Meryl Streep, que desde Kramer contra Kramer hace de Meryl Streep, vuelve a hacer de ella, sólo que agitándose o sufriendo convulsiones que la directora trata de colarnos como bailes. Además, a punto de cumplir los sesenta se empeña en pasar por una jovenzuela de cuarenta y no, para qué engañarnos. ¿Será una venganza del director de casting debida a una vieja ofensa? ¿Cómo pueden enfundarla en un pantalón de peto y obligarla a ser la madre de una veinteañera rubia (Amanda Seyfried) con aspecto --y sólo aspecto--virginal?
Phyllida Lloyd es la directora de este casi seguro Razzie. Al parecer Lloyd, gran amante de la ópera, odia el pop. O el cine. O el pop y el cine. Si no es así, es imposible entender semejante engendro. Mamma mía! (creo que me he contagiado).
Voy a ser positiva: Christine Baranski, la mujer por quién más de un cirujano plástico debería pudrirse en una cárcel turca, defiende su papel con brío, valentía y profesionalidad. La mejor de todas sin duda.
Por lo que respecta a ellos, hay un empate técnico entre Pierce Brosnan y Colin Firth. Vale, si has llegado hasta aquí mereces saber que he visto Mamma-enqueestaríayopensando-mía por Colin. Pensé "si él participa no debe ser tan mala como prometen los anuncios de la tele". Casi veinte años ganándome la vida con la publicidad y sigo equivocándome al dudar de ella. Pues sí, la peli es tan mala. Qué digo "tan". Es tantarantán mala.
Volviendo a Pierce y Colin, el primero, cincuentón largo, sigue pudiendo descamisarse con dignidad. Olé Remington. Quién tuvo, retuvo. Encima, clase magistral para cualquier aspirante a actor, aguanta a pie derecho The winner takes it all entera aullada por una convulsa Meryl en un acantilado como lo que es, un señor y un actorazo. Otro la hubiera empujado.
Respecto a mi muy amado Colin, que últimamente se ha metido en berenjenales impropios de un caballero, lucha por dignificar veinte líneas de guión como sólo un actor d oficio sabe hacer. Qué lástima este chico, lo bueno que es y lo mal que escoje. Digo yo que será por dinero. ¿Publicará un anuncio en The Times pidiendo perdón en su nombre y el de su familia por haber participado en Mammadelamorhermoso, como hizo Paul Newman en un diario yanky tras actuar en El cáliz de plata?
El resto del reparto oscila entre insignificante, prescindible y patético así que no perderé el tiempo en pormenores.
Si tras está escolástica crítica aún crees que Mamma mía vale la pena, por favor, para y piensa. Existen terapias para esto que te pasa, tus amigos están a punto de regresar de vacaciones y la vida vale la pena.
Si la has visto y te ha gustado, igual te ha pasado como a miles de personas que nacimos en los sesenta y hemos caído en la tentación: ¿quién no ha bailado ABBA sobre la barra de un bar? Eso marca para siempre.
Vale. Te enrocas y te empeñas en decir que te ha gustado. Bueno, te quiero igual, aunque es posible que jamás quedemos para ir al cine, al menos comprando la entrada y menos si invito yo.
Aprovecho y te dejo puesto The winner takes it all tal y como siempre debió ser cantada, y por si a Meryl se le ocurre pararse en este bloc. Lo que está hecho, está hecho, pero queda el arrepentimiento y el acto de contricción. Es tu caso, Meryl, con éste último ya cumplirías.
5 comentarios:
No sé si aniré a veure la pel·li... però ha valgut la pena que l'anessis a veure tu per poder escriure aquesta entrada tan inginyosa!!!
petons!!!
Yo también fui a verla ayer, en VOS porque me daba yuyu lo contrario, no tenía ni idea de qué iba el musical lo cual fue una ventaja... y la verdad es que esperabas la salida de los médicos del geriátrico cuando bailaban, y que la química entre Mery Streep y cualquiera es inexistente, estuve igual con la sonrisa en la boca porque la sala se reía todo el rato, un grupito aplaudía, más por las canciones que por otra cosa y,cuando salí, pues pensé que qué mala la peli, con la Streep moviéndose entre Grease y Siete novias... pero con la sonrisa en la boca igual, (aunque eso ya viene de fábrica).
Pues me alegro de que me vayas a querer igual, porque a mi me encantó.
Ya sé, para vosotras soy un bicho raro sin gusto. O un bicho común sin gusto. Pero confieso, porque se acabó el esconderse, que ME ENCANTÓ. Disfruté con la música, a pesar de que los originales me gustaban más. Disfruté con Brosnan, Firth y Skargard (o como diantre se escriba esto), y con todas las payasadas de la Streep y comparsa).
Salí del cine tarareando las canciones y con un buen rollo encima que falta me hacía, la verdad. Sinceramente, me parece una peli fantástica.
A mí la idea de que un actor, capaz de hacer un Mr. Darcy de premio, sea tmb capaz de enfundarse en esos trajes que llevaban los suecos y cantar y bailar y reirse de la pinta que lleva, me parece genial.
Esta peli hay que tomarla como lo que es, una comedia para entretener. Nada más. No se puede ir a verla esperando ver una obra de los Cohen.
Hay que relajarse un poco más...
En fin, ya veo que no compartiremos palomitas en el cine...
Pero que sepas que yo tmb te voy a querer igual.
¡¡¡pagaste???
jajajaja... Y bien invertidos que están esos eurillos! Tendrías que haberme visto, moviendo los pies y cantando Dancing Queen con la boca llena de palomitas de colores! Fue genial! De verdad, muy divertido.
Fue como cuando oyes uno de esos chistes cortos y absurdos y de repente te mueres de la risa y acabas diciendo "por dios! que bien me he quedao!". Pues eso.
(jejeje... me recuerdas a Joey en el aquel episodio en que Rachel se compra una gata egipcia y Joey no para de repetir "que no es un gato!!!".. bueno, así no se entiende mucho, pero es que tienes que ver ese capítulo, es brutal!)
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