domingo, 17 de agosto de 2008

¿Qué se puede hacer cuando regresas a casa

del hospital a las siete de la mañana? Pues poner una lavadora y cocer dos ollas de caldo. Tenía otra opción: meterme de nuevo en la cama y esperar a que me llamasen de urgencias, donde ayer por la noche ingresé a mi madre por una infección. Menos mal que han localizado al bicho y dentro de un rato volverá a estar tumbada en su cama. Y yo tirada en el sillón ni que sea un ratito.

A lo que iba. Estaba limpiando verduras con la radio puesta bajito cuando he escuchado a un comentarista deportivo. Tema: partido de nosequé entre España y, creo, Nueva Zelanda.
Vale que a los periodistas de deportes se les echa de comer aparte, básicamente la mayoría ocultan su falta de preparación inventándose una jerga que machaca el lenguaje sin piedad.
Pues bien, el zoquete ha dicho algo así como "los españoles y los kiwis". ¡Los "kiwis"! para referirse a los jugadores neozelandeses. Impresionante. ¿Y nosotros que somos? ¿los toreros? ¿los flamencos? ¿los toritobravo?, digo yo, por la ley de la reciprocidad.

Hace una semana nos veíamos las caras con los yanquis por la foto de un equipo español (denosequé, es que me importan un bledo los JJOO) cuyos componentes se estiraban los ojos achinándolos y ahora un periodista al que se le supe una cierta formación llama "kiwis" a los de las antípodas.
Personalmente, la foto de los achinaos no me pareció nada ofensiva, más bien graciosa y cómplice, pero se ve que teníamos al entrenados yanqui mal aspectao y le fue de perlas montar polémica para distraer la atención del juego (desconozco y me trae sin cuidado saber si ganamos o perdimos contra los capitaneados por el acusica).
Del de los "kiwis" me molesta lo que siempre me ha molestado de los comentaristas deportivos: que recurran al recurso fácil, al giro barriobajero. "Lo' kívis" (pronúnciese con deje arrabalero, por favor). Y se queda tan ancho, el tio.

En una tesitura similar, hace un par de días pongo TV3, "la meva" y en un magazine matinal, cuyo director está de vacaciones, los suplentes invitan a un economista, profesor universitario de cuyo nombre no quiero acordarme. La invitación es fruto de la pregunta del día que se le hace a la audiencia, que vota si o no por sms. Siempre hay un experto que arroja luz, o vomita datos, sobre dicha pregunta de actualidad.
Pues bien, ese día la audiencia debía decidir si las medidas de Zapatero para paliar la crisis eran adecuadas. El presentador, guapo pero más soso que el plástico de un polo flag, le hace la pregunta al experto y va y el tío contesta: "no sé cuales son las medidas de Zapatero, porque no las he leído, pero no me parecen acertadas". Cágate lorito. O sea, no le conozco, pero es usted un imbécil, es un poner.

Tampoco yo conozco las medidas de Zapatero ya que me despiertan el mismo interés que los JJOO, pero no se me ocurrirá opinar sobre ellas con esta frivolidad, y menos si me invitan como experta a un programa de televisión, ni que sea local.
El profesor-tiparraco se cargó de un plumazo al equipo de producción, y seguro que le pasaron el tema antes de venir. Y si no le dieron demasiado tiempo para mirárselo y se cabreó (a veces pasa si los de producción no son ágiles), que hubiera declinado ir. Vamos, me hace a mi eso en directo y le tacho ipso facto de mi agenda de expertos. Y si puedo, también le tacho del censo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Los que estiraban los ojos achinándoselos eran los de la selección de básquet de España. Y perdieron de 37 puntos el partido contra la selección de USA, pero están clasificadas las dos selecciones.