sábado, 11 de marzo de 2006
Ese sentimiento de estar de paso
a veces cansa. Sería delicioso sentir que algo de lo que me rodea forma parte de mi vida, pero aún no me toca. Un oráculo me aconsejó dejarme llevar este 2006. Le estoy haciendo caso, sin fe, pero con obediencia benedictina. Por eso permanezco en un trabajo que me importa un ardite, participo en una acción política orgánica, cuando lo mío es la trinchera y dejo que el caballo se me desboque en la alimentación en vez de en el tabaco, por citar la primera de mis drogas preferidas, todas controladas hoy por hoy. Y encima ni debería quejarme porque, a pesar de ser mujer, nací en la parte agradable del mundo. No he tenido que buscarme la vida en basureros, empecé a trabajar en serio a los 19 y no haber tenido una educación mejor es responsabilidad mía. Si me pongo coherente, que puedo, reconozco que me quejo por vicio. Hasta la soberbia que me mantenía en alerta permanente está dejando el paso libre a la ironia relativa de la madurez, y eso acabará por sentarme bien. Lo sé, pero no aún. Todavía necesito procesar muchos porqués. Cuando me pongo así de tonta me acuerdo de Esther. Todo este mejunje inconexo que ahora vomito en el ciber antes lo soltaba cerca de las orejas de esta amiga, whisky va, cigarrillo viene. Ella escuchaba paciente y de golpe soltaba "ah, claro, se acerca tu cumpleaños". Esther, tan pragmática y tan conocedora de sus amigos.
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3 comentarios:
Si es que somos una generación que se pasa la vida sin saber qué seremos cuando seamos mayores...
Mi 2006 no anda mal. Demasiado trabajo, demasiada gente con cáncer, demasiado stress y... demasiados hombres a mi alrededor, me electroshockan las dentritas de la neurona.
Pero, pese a todo, no anda mal.
"Dendritas" no "dentritas", eso es otra más que se electroshockó...
Ahí está el principio de la tragedia, la mierda de tener que escojer qué ser. Porque una servidora, sin ir más lejos, nunca ha querido ser nada más que lo que soy, y eso a ratos. Ganas tengo que pase el 20 de marzo... (A mi me coló perfecto la dentrita, y eso sin calambres ni nada.)
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