esta tarde en comisaría. Tras dos horas de espera, me atiende un policía bonachón y un poco harto de turistas desplumados, encantado de compatir idioma con una víctima. Me toma los datos y cuando llegamos a "propietario del vehículo" le doy el nombre de mi santa madre. Lo teclea, mira fijamente la pantalla, ídem conmigo y me pide "nombre de su abuelo, por favor". Perpleja pero sin mover un músculo de la cara se lo doy, lo teclea y dos segundos después suelta, aliviado: "ah, no". "¿Ah, no, qué?" inquiero; "es que la propietaria constaba en búsqueda y captura". En ese momento he hecho un fastforward de mis 43 años, por si recordaba en qué momento mi dulce y octogenaria madre había asaltado Fort Knoxx (y dónde podía haber escondido los lingotes), pero sin perder la sonrisa por aquello de hacer pandilla con el poli; nunca se sabe si he de salirle fiadora a mi madre, que todo el mundo tiene un pasado, y más con 83 añazos.
Cuando he llegado a casa he corrido a contárselo a Ma Baker, que riendo me ha explicado que comparte nombre y dos apellidos con una prófuga de la justicia. Se enteró hace años, al denunciar que le habían robado el monedero. Me inquieta pensar que mi madre guarde para sí secretos que puedan tener influencia en mi futuro. De la misma forma que un día me confesó que solía remolonear (a sus 70 y pico) junto a los furgones blindados que llevan o retiran dinero de los bancos, "por si un día se les cae una saca mientras cargan", para pillarla y salir corriendo ¿quién me dice que su mente criminal no sigue maquinando durante la telenovela, mientras finje que dormita aferrada al mando a distancia? Señor, menuda reencarnación llevo.
3 comentarios:
aissssssssssssssssssssssssssss, espero que empiece la sarta de milagros y encuentres tu amoto yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.
Gracias, pero prefiero no encontrarla porque a estas alturas ya debe estar desmembrada. Con que quienes la robaron se estrellen contra una columna del puente de las Almas (París) tengo suficiente.
Hazle un nudo bien gordo a san cucufato como hace roser veras como aparece en el lugar menos insospechado. en todo caso tu tranquila existe la justicia divina y cualquier dia menos pensado se acordarán de ti.
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