pagar 58 eurazos por el parquing de la Niña. Ayer por la noche, cuando estaba a punto de poner punto muerto, apagar el contacto eléctrico, bajarle la pata de cabra y cerrarla con el candado siteacercasteescupoveneno, noté la mirada interesada (en ella, en mi y vuelta a ella) de un morenazo larguirucho pero fibrado, vamos, de los que yo tendría en Mis Favoritos. Sobresalía el hombre de una Yamaha mil y pico y tenía algo en la mano. Cuando logré sacar la llave del candado (otro día lo explico, pero es de tanta seguridad que no se fía ni de mi) oigo una voz (morena) que me dice algo sobre un protector del depósito. Como educada si que soy me giré hacia él, le sonreí y asentí con la cabeza, intentando disimular que no había escuchado un comino de lo que me estaba diciendo. El hombre me miró fijamente y vocalizando como se habla a los sordos me repitió que Yamaha le había regalado un protector para el depósito (y señaló el depósito) y que si quería el otro. Ahí seguía yo atenta intentando repescar el principio del monólogo pero me rendí y le mostré mis cartas "¿qué si quiero qué?". "Un protector, para el depósito". Con la boca le sonreía, pero mis ojos le escudriñaban como al chino de las pelis piratas. ¡A punto estuve de preguntarle "¿a cuánto?". En vez de eso contesté "ah", que debío resultarle de lo más interesante. Un poco impaciente si que debe ser, porque noté que empezaba a ponerse tenso y me repitió "que si quieres este protector que he comprado porque es de imitación y como Yamaha me ha regalado uno original" (fíjate si estuve atenta esa vez que puedo repetirlo palabra por palabra). "Ah, pues vale, pero cómo que... " y fijando otra vez su mirada en mi, pero ya con espíritu antropológico, contesto "como regalo". "Ah... pues bueno, pues vale". Y me entregó el protector, que es un adhesivo horroroso con forma de tatuaje diabólico que se pega en el depósito para no arañarlo.
Donde estuve realmente bien fue cuando iba dándole vueltas al envase, tratando de ver qué contenía. La verdad es que el hombre no dejaba de mirarme, sólo le faltó tomar notas. Si tiene un bloc seguro que algo ha escrito sobre mi del tipo "lo que dicen de las rubias es cierto". Cualquiera se lo rebate ahora. Bueno, también me regaló una botella de acetona para limpiar el depósito antes de enganchar la pegatina esa horrorosa. Intenté rechazarla enseñándole mis uñas (manicura francesa exquisita que llevo) pero nada, insistió e insistió y llegué a mi casa con una cosa que se pega en mi moto (¡ja! por moreno de verde luna que sea!) y una botella de acetona rosa. Antes de despedirnos le dije "bueno, pues ¡gracias!, no sé, algo te regalaré" y el contestó "seguro que si, ya se te ocurrirá algo, más adelante". Igual creyó que lo mejor era darme tiempo para pensar.
Ah, ayer puse cuarta, por fin.
5 comentarios:
Oye mona con esto de la moto te está sucediendo lo mismo que al niño de los donetes. Abre un paquete y le sales la tira de amigos ¿he dicho paquete? ijsijsijijijsijs
Voy a decirle a Ricardo que mejor nos cambiamos de parking, porque en el nuestro no sólo no nos regalan nada, sino que además hay una capulla que, a pesar de vernos dentro con la moto, cuando la tia sale cierra la luz del parking y la puerta. Un día le voy a cerrar yo a ella las ganas de fiesta!
Por cierto, qué vas a hacer con el protector? porque el próximo día que te encuentres al morenazo fibrado, mirará la moto con atención para ver si se lo has puesto, no? jajaja
Le diré que no he logrado separar el protector del papel adhesivo. Seguro que no duda de mi incapacidaz ;-)
(Oye, ¡menuda bruja la tía que os apaga la luz!)
Dile que te la han cambiado; que tenía nosequé fallo de fábrica y a los dos días de poner el adhesivo te llamaron del concesionario para sustituirla por otra.
Que intentaste recuperar el protector, pero con el baño de acetona había quedado tan bien pegado que fué imposible sacarlo ...una lástima.
"¿Oye, no tendrás otro, verdad?".
...y a todo esto, ¿de las pelirrojas qué dicen?
Cuando fui pelirroja todo lo que me decían era bueno ;-))
Publicar un comentario